Técnica osteopática. Mediante una leve presión, el terapeuta puede sentir y escuchar el ritmo cráneo sacro del paciente en cualquier parte de su cuerpo, siendo capaz de acompañar las necesidades particulares de cada zona para favorecer la eliminación de posibles restricciones que perturban el normal funcionamiento y de este modo conseguir el equilibrio que permita al cuerpo encontrar el camino hacia la resolución de sus problemas.